Esta receta la publiqué en Octubre cuando el blog no era bilingüe, y no me había dado cuenta de que todavía no la tenía traducida. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, así que aquí la tenéis!
Siempre me ha encantado la calabaza, y es probable que sea debido a que donde crecí era un ingrediente un tanto exótico (a día de hoy está claro que la historia ha cambiado). Me fascina la cantidad de variedades que existen, y sus colores y formas son el otoño personificado. Cuando llegué a Alemania por primera vez y ví lo que es el otoño en el norte de Europa fue algo muy especial. Y si no me creéis, echad un vistazo a estas fotos tan otoñales que saqué en mi último paseo con G.
Soy fan de Jamie Oliver desde que tengo memoria. Me encanta su estilo culinario, relajado, divertido y disfrutado; es tal cual lo siento yo misma. Así que cuando encontré su receta de sopa de calabaza blanca con salvia se puede decir que se convirtió en una de las recetas más socorridas en mi cocina. Pero como soy un culo inquieto y siempre estoy expandiendo mis habilidades culinarias y conocimiento de recetas, me saqué de la manga esta que conlleva más trabajo pero vale muchísimo la pena.
Esta cantidad debería bastar para dos personas hambrientas:
- calabaza blanca
- aceite de oliva
- sal y pimienta
- 1 cebolla mediana, en rodajas
- 1 cda generosa de mantequilla
- 2 cda miel
- un puñado de cilantro fresco
- una pizca de comino
- 3 cdas curry
- 1l / 4 1/4 tazas de caldo vegetal
- pimientón dulce en polvo
- 1 cda jengibre fresco rallado
- Empezar lavando la calabaza para después cortarla y vaciar el hueco de las semillas. Rociar con aceite de oliva y sal, y poner con el lado cortado hacia abajo en el horno durante una hora a 200°c. Yo lo hago por la mañana nada más me despierto, porque tardo más o menos una hora en estar lista. Justo antes de salir, lo apago y lo dejo hasta que vuelvo. También se puede hacer la noche anterior. Cuanto más tiempo hornees, mejor será el sabor final.
- Una vez la calabaza está horneada, habrá que sacarla de horno y dejar que se enfríe hasta que podamos pelarla sin quemarnos.
- Poner una sartén a fuego bajo, echar la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva y dejar que se caliente. Añadir entonces la cebolla y caramelizar unos 20 minutos. Cuando se vea translúcida y suave, añadir la miel y dejar que caramelice unos 10 minutos más.
- Picar el cilantro y mezclar con el curry, el comino y el caldo.
- En una olla grande y fría echar la calabaza y una parte del caldo. Batir con batidora de inmersión y continuar añadiendo caldo hasta conseguir la consistencia deseada.
- Salpimentar al gusto. Este es el momento de incorporar el pimentón dulce y el jengibre, batiendo bien después. Calentar y listo!
CONSEJOS DE PROPINA:
- Yo le echo mucho más cilantro y zumo de limón del que lleva la receta, para un resultado aún más sabroso, pero esto es a gusto personal.
- Sustituir la mitad del caldo por leche de coco, le proporcionará una textura extra suave.
- Creme frâiche también le queda muy bien. A mí me encanta!
- Si eres amante del ajo como yo: asa un par de dientes de ajo en el horno con aceite de oliva y pícalo antes de agregarlo a la sopa.