El ruibarbo es una de esas cosas que o bien gusta mucho, o no gusta nada. No hay término medio. Recuerdo leer el primer libro de Harry Potter donde mencionan este postre de ruibarbo y merengue, junto con otras muchas de las exquisiteces que servían en el Gran Comedor para cenar. Me fascinaba, probablemente porque en España es un gran desconocido, pero también porque aparecía en muchos de los libros de recetas de mi abuela inglesa, y nada me parecía más de cuento de hadas que eso. No sé vosotros, pero yo me puedo imaginar a caperucita roja recogiendo ruibarbo en su cestita para llevárselo a su abuela para hacer mermelada. El ruibarbo es muy popular en los países del norte de Europa, y en Alemania incluso se comercializa en forma de zumo con gas, cosa que a mí me encanta por su sabor delicioso y refrescante. Si me animáis puede que os traiga la receta casera de zumo de ruibarbo! Pero no en esta ocasión.
Hace poco estábamos en el supermercado – donde se cuecen casi todas las ideas que terminan aquí – y cuando me giro me encuentro a G poniendo dos tallos de ruibarbo en el carrito mientras me dice «Qué vas a hacer con ésto?». Y no tardé en dar con la receta perfecta. La pasada primavera hice una mermelada de jengibre y ruibarbo, pero estos dos sabores de gran contraste no combinaron demasiado bien así que no iba a volver a repetir aquella mala experiencia. Pero cardamomo y ruibarbo? Me quedo corta cuando digo que es una combinación absolutamente divina.
- 6 vainas de cardamomo
- 180g azúcar moreno
- 60g harina
- 2 tallos de ruibarbo, lavado y cortado
- 3 claras de huevo
- 200g azúcar
- vainilla
- 1 masa (puede ser comprada, o casera. Si usáis mi receta, aseguraos de hacer solamente la mitad, porque la receta original es para una masa doble)
- Precalentar el horno a 150ºC.
- Presionar la masa sobre un plato o molde para hornear, y recortar el sobrante.
- En un recipiente, machacar las vainas de cardamomo y reservar solamente las semillas.
- Mezclar el azúcar moreno, el cardamomo, la harina y el ruibarbo y dejar reposar durante 30 minutos como mínimo.
- Batir las claras de huevo a punto de nieve junto con la vainilla, y añadir el azúcar una cucharada cada vez hasta que esté completamente disuelto.
- Verter el ruibarbo sobre la masa y hornear durante 45 minutos a 150ºC.
- Esparcir el merengue sobre el ruibarbo hasta cubrirlo completamente. Hornear unos 10 minuto hasta que esté dorado.