El 21 de abril se cumple un año desde que descubrí que estaba embarazada. Volábamos a Mallorca al día siguiente, así que ni siquiera tuve la oportunidad de ir al médico y confirmarlo. Decidimos no contárselo a nadie, y por suerte nadie cuestionó el hecho de que rechazara cada bebida alcohólica que me ofrecían.
Poco sabíamos que menos de dos meses después nos iban a decir las palabras más duras de la historia: ha dejado de vivir. Si aún no la conoces, puedes leer mi historia aquí.
1 de cada 4 embarazos terminan en aborto espontáneo, y muchos de ellos ocurren por razones desconocidas. El camino hacia la recuperación, tanto emocional como físicamente, es difícil y está repleto de comentarios poco empáticos.
No tenía que ser.
Tendrás otros hijos.
Al menos no fue tan malo como X, dio a luz y el bebé murió después.
Este bebé habría nacido enfermo, es mejor así.
Al menos sabes que puedes quedar embarazada.
Le pasa a muchas mujeres.
Como si algo de eso te fuera a hacer sentir mejor por tu pérdida. Una pérdida con la que esta sociedad aún se siente muy incómoda y prefiere ignorarla, como si fuera mejor fingir que nunca sucedió. A lo que yo contesto: eso está muy bien para ti. No necesito que te sientas cómod@ con mi pérdida y mi dolor, que son completamente válidos. Sé que mi pérdida es real, y me permito estar en duelo y llorar y sentir el dolor de haber perdido a mi bebé antes de poder siquiera abrazarlo.
Pero también por eso mismo, no me callaré. Le diré al mundo que esto sucedió, y sucede con más frecuencia de lo que pensamos. Hablo por todas aquellas mujeres que tienen miedo de contar sus historias por temor a ser juzgadas o avergonzadas, como si de alguna manera fuera nuestra culpa. Hablo porque quiero dejar de vivir en un mundo donde la pérdida de un embarazo se cuenta como una confesión.
Hay mucha culpa que viene de la mano con la pérdida de un bebé. Uno de los primeros pensamientos es: qué hice mal? Generalmente seguido de: qué puedo hacer para solucionar esto? Ambas respuestas son nada. No hiciste nada malo, y desafortunadamente no hay nada que puedas hacer para traer de vuelta a ese bebé. Sucedió, y si te sucedió a ti, lo siento MUCHÍSIMO y estoy aquí para ti.
Al principio me volví un poco loca: me compré un kit completo con test de ovulación y pruebas de embarazo, y me pasaba los días contando y comprobando los signos de ovulación para asegurarme de que estábamos contribuyendo a nuestras posibilidades de concebir. Me aseguré de que ambos siguiéramos pautas nutricionales que mejorarían nuestra fertilidad natural, y lo llevé a un extremo (mental) muy poco saludable. Estaba convencida de que tenía que quedarme embarazada nuevamente en septiembre de 2019 y me aferraba a esa fecha como si me fuera la vida en ello.
En seguida se convirtió en una tarea que debía completarse antes de que «la vida pudiera seguir». Todo lo demás se volvió secundario. Estaba segura de que volvería a ser feliz una vez que estuviera embarazada:
Si me quedo embarazada después de mi primera menstruación, todo estará bien.
Si me quedo embarazada en diciembre (fecha del parto original), todo estará bien.
Si me quedo embarazada antes de un año, todo estará bien.
Y ahora aquí estoy, un año después de que descubrí que estaba embarazada, sin bebé y todavía no estoy embarazada. De hecho estoy con la regla y no me estoy volviendo loca por ello.
Que si me gustaría estar embarazada ahora? Claro que sí. Si tú, querida lectora, has estado en mi situación, seguramente te sentirás identificada. Es el fin del mundo que no lo estoy? No. Es difícil? Joder, sí! Una de mis mejores amigas está embarazada, sana y feliz. Y yo no puedo estar más feliz por ella! Pero es inevitable mirarla y recordar que yo aún no he llegado a ese punto.
Si te sientes así, ESTÁ BIEN.
La salida es hacia adentro.
Permítete sentir tu dolor. El duelo es diferente para todos, pero una cosa es segura: no saldrás al otro del túnel si no lo atraviesas primero. Sí, ya sé que da miedo, y sobretodo al principio se ve muy oscuro. De hecho, se sabe que 2 de cada 10 mujeres que han sufrido un aborto espontáneo tienen pensamientos suicidas, y solo el 30% de ellas reciben atención psicológica. Pero no tienes que pasar esto sola, escríbeme, cuéntame tu historia, haremos este camino juntas. Yo tuve mucha suerte al tener a mi alrededor personas increíbles, empáticas y fuertes que me ayudaron a superar mi dolor, y he tenido aún más suerte de haberme puesto en contacto con tantas otras de manera virtual. Así que por favor, coge mi mano, estoy aquí para ti.
Y déjame contarte que el tiempo ayuda y cura, el camino tendrá altibajos, tendrás días de llorera y otros días de llorar de risa, y al otro lado de todo esto un día te darás cuenta de que eres feliz y que nunca creíste que este momento llegaría. Pensarás en tu bebé con una sonrisa triste y seguirás con tu día. Irá contigo pero no te impedirá ser feliz. Yo soy feliz y sé que tú también puedes serlo.