No es secreto de sumario que la Navidad es mi fiesta preferida, a pesar de ser hija del verano. Me encanta todo lo que tiene que ver con la Navidad, contar los días que faltan para Nochebuena, los regalos, decorar la casa y el árbol, y todo aquello que sucede en la cocina… Y es por esto que Alemania es perfecta en este sentido, comenzando las celebraciones en Noviembre con la inauguración de los mercadillos de Navidad, tantos que podrías visitar uno diferente cada día y no se acabarían nunca. Y el vino caliente es simplemente la guinda de pastel!
Justamente la semana pasada estuve en el Mercado navideño del Schloss Charlottenburg – también conocido como mi palacio, o no sabeis que yo soy la princesa von Charlottenburg – y recibí dos regalitos pre-Navidad: una tabla personalizada, t un posavasos de El Principito, cortesía de G. Tomamos salmón ahumado en panecillos y vino caliente a la manzana asada. Y a pesar de que este es mi mercadillo de Navidad favorito, eso no me impide visitar otros distintos.
Mi mami estuvo de visita el fin de semana anterior – es la razón de mi falta de actualización durante varios días – visitamos el Mercado navideño en el casco antiguo de Spandau, probablemente uno de los mas grandes de Berlín y con una enorme variedad de puestos. La oferta alcanza desde la sección medieval del mercado, con joyería hecha a mano, productos locales, hierbas y especias, hasta los puestos más típicos y comerciales que venden cojines de emoticonos, fundas de móviles y porquerías por el estilo. Y el día siguiente estuvimos en el Lucia Weihnachtsmarkt en Kulturbrauerei, donde me comí unas patatas asadas a la raclette deliciosas y probablemente donde pillé este maldito resfriado que no me acabo de sacar de encima.
Y justo ayer nos aventuramos un poco más lejos de lo normal, condujimos hasta el Jagdschloss Grunewald, donde cada Navidad convierten el Pabellón de caza en un merdaco de Navidad durante unos días. Tengo que decir que aunque me gustó, muy probablemente tenía más que ver con el hecho de que no había estado ahí antes. El lugar es muy pintoresco, y los puestos del mercado tienen un estilo clásico, lo cual lo hace menos convencional que los más poulares (uff, Alexanderplatz… ). Lo mejor fue que llegamos tan temprano que pudimos entrar antes de que se llenase demasiado. Llegamos poco después de la hora de apertura, 11:00, nos costó encontrar un lugar para aparcar, y pagamos 3€ por cabeza para entrar. Tenían varios puestos muy interesantes, con joyería hecha a mano, bufandas, guantes, jabones veganos, e incluso muebles. La comida y bebida era la misma que en cualquier otro mercado, y a las 12:30 ya habíamos sacado provecho de todo lo que había por ofrecer. Cuando nos fuimos, la cola para entrar era de mças de 20 personas.
Un punto interesante y que merece mención es el Mercado canino de Navidad que está justo antes, y que dona parte del coste de la entrada con fines benéficos. Y aunque disfruté de la visita del mercado y del lugar, no creo que vuelva pronto a no ser que traiga visita. No es fácil de llegar sin coche, la posibilidad de aparcamiento es limitada y nosotros tuvimos bastante suerte, y había muy poco que no hubiera visto antes en otros mercadillos.
Y cambiando de tema, acabo de recibir una comprita que os va a traer mogollón de recetas de chocolate: un molde de chocolate! Lo he comprado en Amazon, pero prefiero probarlo antes de compartir el enlace para estar segura de que vale la pena recomendarlo. Pero por ahora se ve muy bien, y me va a permitir hacer turrón! Me pueden las ganas… No os lo vayáis a perder!