Hay pocas cosas tan satisfactorias como una buena mayonesa casera. Para mí, mayonesa casera es sinónimo de hogar. Una de esas cosas de las que se encarga la abuela o mamá, y que la hacen en un pis pas. A mí me pasaron el testigo a los 14.
Érase una comida con familia y amigos un fin de semana en casa de mi padre, y una de mis tías mencionó la famosa mayonesa de mi abuela. Todos al unísono repitieron «Mmmmm qué buena». Mi padre me preguntó si ya la había aprendido de mi madre, y le faltó tiempo para ponerme el teléfono al oído cuando contesté que no.
A la vez que mi madre me dictaba instrucciones al teléfono, con algo de aceite y una yema de huevo hice mi primera mayonesa casera. Todos los presentes aquél día elogiaron el resultado, pero el mejor cumplido vino de la mano de mi tío Jorge. Dijo que sabía exactamente igual que la mayonesa que hacía su abuela. Y así la historia continua: mi bisabuela enseñó a mi abuela, ella a su nuera – mi madre – y mi madre a mí, pasando la receta familiar de generación en generación. Me siento orgullosa de haber recibido ese honor, por lo que me cuesta mucho compartirla, pero no quiero ser egoísta. Está demasiado buena como para no compartirla!
Estos son los ingredientes que necesitaréis:
- un huevo
- aceite de oliva (u otro aceite de buena calidad)
- sal, pimienta y zumo de limón
- ajo, fresco o en polvogarlic (opcional)
- un plato hondo y un tenedor, y un trapo de cocina
- Con el trapo en la encimera, poner el plato encima para que no resbale.
- Separar la yema de la clara, y reservar la clara en la nevera (véase paso 7).
- Con la yema en el plato, echar un poco de sal por encima y añadir una cucharada de aceite de oliva, mezclando con el tenedor en círculos. Asegurarse de que la yema y el aceite se han incorporado bien, antes de seguir con el siguiente paso.
- Continuar añadiendo una cucharada cada vez, siempre asegurándose de que se incorpora bien antes de la siguiente cucharada.
- Si se añadiera demasiado aceite de una vez, habrá que inclinar el plato para descartar este aceite, que se puede incorporar paso a paso más tarde. Demasiado aceite de golpe puede causar que la mayonesa se corte, y una vez cortada es difícil de arreglar.
- Repetir el paso 4 cuantas veces sean necesarias (tantas como el huevo incorpore). Si la mayonesa se ve muy aceitosa, es una señal de que el huevo no incorporará más aceite. Si la mayonesa espesa, lo estáis haciendo bien.
- Este paso es opcional: con la clara reservada, añadir una cucharada a la mayonesa y mezclar bien. Esto hará que la textura de la mayonesa sea más suave y líquida. A mí me gusta espesa, pero a mi madre le gusta más líquida. Es cuestión de gustos!
- Para acabar, salpimentar al gusto, y a mí me gusta añadir un poco de zumo de limón para darle un punto ácido. Mezclar bien y servir.
Lista para comer! Queda genial con patatas fritas, al estilo alemán y holandés, con diferentes tipos de ensaladas, o podéis usarla para hacer una de mis famosas mayonesas.
CONSEJOS DE PROPINA:
- Para los amantes del ajo, uníos al club! Si tenéis ajo fresco, machacar en un mortero, un exprimidor de ajo o un cuchillo bien afilado, y añadir a la mayonesa para darle un sabor de allioli. También funciona con ajo en polvo.
- Si queréis hacer mayor cantidad, simplemente duplicar la cantidad de huevos y aceite. Seguir la receta tal cual, y una vez se ha creado la mayonesa de un huevo, añadir más huevos y cvontinuar añadiendo aceite hasta que el tamaño sea el necesario.
*Nota: algunas personas encuentran que la mayonesa casera «sabe mucho a huevo». Si este es el caso, entonces probablemente lo que no os gusta es el huevo y es mejor que os mantengáis alejados de la mayonesa casera.