Aquí vengo con una nueva historia de Desastres en la cocina volumen II, esta vez a mano de Jesica de Barcelona, una de mis más ávidas lectoras y la ganadora del sorteo que organicé el mes pasado.
Mi último «fracaso» (nunca desisto, hasta que sale bien) fueron mis magdalenas. Hice una hornada por la mañana y me salieron riquísimas, aunque para mi gusto muy tupidas. Así que por la tarde en una segunda masa (porque ya se habían terminado) batí con más ímpetu los huevos y puse un poquito más de levadura. En el proceso de los primeros 9 min para que suba el copete, las magdalenas empezaron a subir, subir, subir… Estaban geniales… hasta que explotaron!!!!! Se desparramaron por el molde!!! Cuando saqué la bandeja de las magdalenas eran como un monstruo! Saqué los papeles y quedaba solo masa alrededor del papel y una capa por encima, mi padre me decía las podemos rellenar… Entonces me dió la idea!! Hice una nueva masa, esta vez tal y como tenía en la receta y salieron genial. Entonces con la idea de mi padre, las rellené de chocolate con una jeringuilla!!! Han sido las mejores magdalenas … de momento!! Pero para hacerlas necesité las magdalenas explosivas!!
Como véis, una nueva historia de magdalenas… qué traicioneras que pueden llegar a ser! Es un error muy común. Pero yo soy partidaria de seguir el consejo de Jesica y no desistir hasta que os salga bien. Yo desde luego soy muy cabezona y me rijo por el mismo principio!