Seguro que ya os habéis dado cuenta de que conmigo, todo es mejor cuando está caramelizado. Y es que me encanta el contraste de dulce y salado, y la cebolla caramelizada no podía ser una excepción! La primera vez que probé la cebolla caramelizada fue durante la famosa competición de tapas anual de mi ciudad. Te entregan un mapa de la ciudad que muestra cada restaurante y lo que ofrecen como parte de la competición, y cada uno vota su tapa favorita del año. En esta ocasión, una bodega restaurante con decoración muy moderna nos sirvieron una tapa de pan con lomo, allioli y cebolla caramelizada. Simplemente delicioso (y eso que a mi el cerdo no me mata!).
En ese mismo momento supe que tenía que probarlo. Y así dio comienzo mi proceso educativo en cuanto a caramelizar cebolla. Esta receta debería ser suficiente para utilizar en una receta para 2 personas. Pero si queréis más, solamente hay que aumentar las cantidades!
- 1 cebolla mediana, pelada y finamente cortada
- 1 cucharada mantequilla
- 1 cucharada aceite oliva
- Calentar el aceite a fuego bajo en una sartén,
- Añadir la cebolla, y dejar que cueza. Primero se volverá transparente, después amarillenta y finalmente tomará un tono marrón. Si se pega a la sartén, utilizar una espátula de madera o silicona para despegar.
- El proceso de caramelización tomará unos 20 minutos en total.
CONSEJOS DE PROPINA:
- Se puede añadir una cucharadita de azúcar moreno en el último paso, y mezclar bien con una espátula hasta que se disuelva. Es opcional, pero destaca el dulzor. Usar siempre dependiendo de la receta.
- Yo usé esta tanda para poner sobre el brie brulée. No te lo pierdas!