Esta receta está hecha para aquellos que no comen gluten y/o huevo. Sí! Estoy aquí para deciros que podéis comer albóndigas – y tan ricas como las tradicionales – que se adapten a vuestras necesidades. Yo no sufro de ninguna intolerancia, pero me gusta mucho experimentar en la cocina con nuevos ingredientes y ver cómo interaccionan.
De hecho, os voy a contar una historia que no es muy divertida pero es la causa de que yo siempre me informe de las necesidades dietéticas y preferencias de mis invitados. Cuando era estudiante y vivía en una residencia a las afueras de Barcelona cerca de la uni, mi compi y yo nos turnábamos en la cocina. Esa noche me tocaba hacer la cena. Quería hacer algo especial para celebrar que hacía un mes que vivíamos juntas, y elegí una salsa de queso azul y nueces para los gnocchi. A punto estaba de descubrir que era alérgica a las nueces. La emergencia se vió atendida rápidamente y se recuperó la misma noche, por suerte y para mi gran alivio. Pero os podéis imaginar mi cara de pánico cuando su cara y cuello empezaron a enrojecer y se rascaba, a la vez que me preguntaba si la cena llevaba nueces. Hace más de 10 años de esto, pero he aprendido de la experiencia y por eso siempre pregunto si la gente para quien cocino tiene alergias o intolerancias. Más vale prevenir que curar!
Y ésto es lo que váis a necesitar para unas 15 albóndigas de tamaño mediano con salsa de tomate:
- 500g carne picada (yo uso ternera)
- sal y pimienta
- 1 cda ajo en polvo
- 1 cebolla, cortada bien fina
- 1 zanahoria, cortada en dados pequeños
- 1 cda salsa Worcestershire
- aceite de oliva
- 5 tomates grandes
- 1 cda tomate concentrado
- albahaca fresca
- En un recipiente grande, prensar la carne con un tenedor durante varios minutos como si fuese puré. La idea es que la carne quede elástica, ya que una vez leí que esto suelta la proteína y deja la carne maleable sin necesidad de huevo o pan rallado. No os preocupéis si la carne cambia de color en algunas partes, es normal.
- Añadir el ajo en polvo, sal y pimienta y la salsa Worcestershire y mezclar bien. Se pueden usar las manos.
- Cortar el queso en cuadrados pequeños.
- Formar bolas con la carne y rellenar con el queso, refrigerar durante unos 30 minutos.
- Éste es el momento de hacer la salsa de tomate. Empezar calentando aceite de oliva en una sartén a fuego medio.
- Dorar la cebolla y las zanahorias unos minutos.
- Para pelar los tomates fácilmente, hervir agua y retirar del fuego, y poner los tomates en el agua hervida de 2 a 3 minutos. La piel se puede retirar con los dedos.
- Una vez estén los tomates pelados y cortados, añadir a la sartén y cocinar a fuego bajo hasta que los tomates se hagan puré. Añadir el tomate concentrado y la albahaca.
- Cocinar hasta que epiece a burbujear. En este punto se puede apagar y reservar.
- Calentar el horno a 175°C. Echar aceite de oliva en un recipiente para hornear y colocar las albóndigas separadas para que no se peguen, y al horno.
- Cocinar 10 minutos y darles la vuelta. Cocinar 8 minutos.
- Finalmente añadir la salsa de tomate y poner al horno otros 10 minutos. Decorar con albahaca y servir. Voilà!
CONSEJOS DE PROPINA:
- El orégano también va muy bien con albóndigas.
- Una alternativa a rellenar las albóndigas es poner queso rallado por encima tras añadir la salsa de tomate en el paso 12. También se puede pasar del queso para una receta sin lactosa.